TESTIMONIO: NO PIERDAS TU IDENTIDAD

YO me encuentro perdida, no me encuentro a mí misma. En el proceso de lograr mis sueños y hacer amistades, descuidé lo que realmente vale… a mí misma. En busca de encajar en un ambiente totalmente diferente a mis valores, me enfermé y caí hasta lo más profundo de una prisión: mi Trastorno de Conducta Alimentaria.

 

Con los ojos nublados por más de un año y medio, quise cambiar mi imagen para hacer nuevos amigos y triunfar en mi carrera. Lo único que logré fue alejarme de mi familia, de mí misma y en especial de mis sueños.

 

El trastorno me humilla, desvaloriza, entristece y acobarda. En esta prisión fue fácil entrar, pero infinitamente más difícil es salir.

 

Mi consejo: nunca dejes que tu peso, tu imagen, el qué dirán, la búsqueda del éxito, amor o amistades te haga perder lo que realmente importa; tu propia identidad.

Anónimo